Skins.

Ay! que ganas de cagarme la vida que tuvieron, aparte de la presión que me está poniendo el colegio, las frustraciones de no poder hacer nada por mi cuenta y a mi querer y eso que sos que me hace amarte/odiarte tanto a la vez, llegan ustedes para reventarme la existencias con sus historias emo.
No puede ser que los amé habiédolos visto sólo 5 capítulos. Son personitas (¡personajes, Roy!) tan especiales, todos con su jodido problema de vida que les defeca la existencia, y aún así pasándolo genial, siendo libres de hacer lo que se les canta. Vos sos la drogadicta anoréxica de padres porno; vos el pendejo chupaculos necesitado de coger; vos el banana infiel con una hermana trola y un acolchado copadísimo; vos la trola super fashion con pezones graciosos y una teta más grande que la otra; vos la flautista rica malhumorada con una nariz al mejor estilo hindú después de haber sido knockeado; vos el fiestero drogadicto exitadísimo que tiene los peores padres del mundo; vos el hindú/musulmán/moro/feo drogadicto que se quiere hacer el banana y termina rezándole a Alá; vos el putito más cool de todo el mundo y con el mejor pelo ever; vos el rapero frustrado super oscuro; y vos que no sé.
Imaginense que si estoy escribiendo esto es porque no los envidio, sino que los idolatro. Mentira, los re-envidio hijos de su refinada concha del té de las 5.
Chau, me voy a seguir viéndolos.
Los amo.